Empezó mejor, se quedó y después volvió a tomar aire. Esa puede ser la trama futbolística del Boca alternativo que presentó Gustavo Alfaro esta noche en Mendoza ante Godoy Cruz, por la ida de los octavos de final de la Copa de la Superliga. Ganaba, se lo empataron y luego volvió a pegar: 2-1 y a festejar.

Se dice que Boca arrancó bien, porque así fue. Supo hacer la diferencia, con la gran definición de Cristian Pavón y después sostenerla a partir de las grandes intervenciones de su arquero Esteban Andrada, un pulpo al que le faltaron tentáculos en el empate del “Tomba”. 

Se dice que se quedó Boca en un lapso del juego, pese a que el ex Lanús casi que se multiplicó antes y durante una batería de intentos de gol del dueño de casa. Pero al último de esa seguidilla lapidaria, un remate casi de media vuelta de Juan Martín Lucero, tomó a Andrada casi sin nafta. Miguel Merentiel empujó el balón sobre la línea prometida. Gol, 1-1 y a luchar.

Y se dice que Boca volvió a despergar, porque se adueñó de la última perla del juego, la decisiva. Llegó por cortesía de Emanuel Mas, que adelantó así a Boca y le dio un triunfo que lo deja con grandes sensaciones de cara a la revancha del próximo domingo, en La Bombonera. El ganador de la serie enfrentará en cuartos de final al vencedor de la serie Lanús-Vélez.

Antes...

Pero antes de la revancha, lo que sigue para Boca es definir la Supercopa Argentina contra Rosario Central. La cita será este jueves, también en Mendoza.